Francisco Alberto Caamaño
El 11 de junio de 1932, nace Francisco Alberto Caamaño Deñó, militar y héroe dominicano que ocupó la presidencia constitucional de la República durante la Guerra de abril de 1965.
Caamaño Deño nació el 11 de junio de 1932 en Santo Domingo, en el hospital Padre Billini de la capital. Fue hijo del General Fausto Caamaño Medina, fallecido en 1986. Su padre era un prominente militar durante la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo, y llegó a recibir las más altas condecoraciones del régimen, ostentando, incluso, el cargo de Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas (Ministro de Defensa) desde 1952 a 1955.
La familia de su padre es originaria de San Juan de la Maguana, lo que revela que en su árbol genealógico constan otras personalidades militares como Plutarco Caamaño Medina (1889-1893), conocido por su enorme descendencia, y otros como Jorge Casimiro Fernández Medina, que fue un destacado teniente coronel del Ejército dominicano. Gracias a la influencia de su acentuada parentela militar, Francisco Alberto se destacó en una eficiente y esmerada vocación de servicio a las instituciones castrenses de su patria, ingresando muy joven a la Marina de Guerra Dominicana, donde se graduó de alférez y avanzó rápido en el escalafón militar. Durante los últimos años de la Era de Trujillo, Caamaño comandó el Cuerpo de Cascos Blancos de la Policía Nacional.
Al estallar la Revolución del 24 de Abril, Caamaño encabezó el movimiento creado por el Coronel Fernández Domínguez, quien se encontraba en Puerto Rico con impedimento de entrada al país; inspirado en devolver a la nación el orden constitucional violado en 1963, primero frente a los militares golpistas y luego frente a la invasión norteamericana, convirtiéndose en el líder indiscutible de la guerra de Abril.
Ante la inminente invasión estadounidense con el pretexto de proteger vidas y bienes de ciudadanos estadounidenses, y la llegada de la 82 división aerotransportada de la Armada de los Estados Unidos, con 42.000 marines, Caamaño participa en una reunión en la embajada estadounidense en Santo Domingo, donde el embajador le dice a Caamaño que no está en calidad de negociar, sino de rendirse, éste a su vez le contesta de la siguiente manera: “Pues permítame decirle que no nos rendiremos y que lucharemos hasta el final”.
A raíz de estos acontecimientos el 3 de mayo de 1965, contando Caamaño con 32 años de edad, el Congreso Nacional lo elige y designa Presidente Constitucional de la República Dominicana, tomando posesión de la presidencia el día 4 de mayo, en el Parque Independencia. El Coronel Fernández Domínguez regresa clandestinamente incorporándose a la lucha, cayendo en combate en la toma al Palacio Presidencial el 19 de mayo. Caamaño ocupó la posición de la Presidencia Constitucional hasta el 3 de septiembre de ese mismo año, cuando presenta su renuncia en un acto masivo en la Fortaleza Ozama, tras la firma del Acta de Reconciliación Dominicana (Acto Institucional).
El Congreso Nacional elegido el 20 de diciembre de 1962, considerando una propuesta de Juan Bosch, lo eligió Presidente Constitucional de la República, con 49 votos a favor, 7 en contra y 2 nulos, tomando posesión de la presidencia el día 4 de mayo, tenía 32 años de edad; Caamaño ocupó la posición de Presidente Constitucional hasta el 3 de septiembre de 1965. Durante el Gobierno del Coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, se emitieron 4 gacetas oficiales, con 62 Decretos y 14 leyes. Entre ellas la nº11 que convierte la antigua fortaleza Ozama en lugar público con el nombre de Plaza de la Constitución, y la nº14 que denomina, Avenida “24 de Abril” a la Avenida “George Washington”, contenidas dentro de la Gaceta Oficial nº4.
Durante su Gobierno recibe cartas y comunicaciones internacionales de felicitación y reconocimiento como Presidente de la República Dominicana y por su actitud ante la intervención militar de Estados Unidos, donde demostró ser un hombre de valor, heroísmo, patriotismo, principios inquebrantables, y decidido a defender su Patria por encima de todo.
El 3 de febrero de 1973, nueve hombres desembarcaron en la Playa Caracoles en grupos de tres en tres, dos y uno al sur del país, con la intención de iniciar un frente guerrillero contra el gobierno Joaquín Balaguer, al frente del grupo estaba el coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, algo que se le criticó, puesto que había luchado anteriormente en contra de un golpe de Estado, y ahora él mismo participaba en uno.
Sobre esto, Balaguer hablando por una cadena de radio y televisión afirmó: Hace apenas algunas horas regresé de la zona del municipio de San José de Ocoa donde actualmente se desarrollan algunas acciones subversivas, que realiza el grupo de guerrilleros…inspeccioné personalmente en compañía del secretario de Estado de las Fuerzas Armadas y el Jefe de Estado Mayor del Ejército, el sitio en que se produjo el primer choque sangriento entre una patrulla militar y el grupo de guerrilleros que desembarcó en la Playa Caracoles.
Trece días después del desembarco el 16 de febrero, las Fuerzas Armadas anunciaron la muerte de Caamaño junto a dos de sus compañeros en el paraje Nizaíto, sección la Horma de San José de Ocoa.
El contralmirante Ramón Emilio Jiménez (hijo), Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, el mayor general Enríquez Pérez y Pérez y el brigadier Juan René Beauchamps Javier, mostraron el cadáver de Caamaño a un reducido grupo de periodistas que fue trasladado en helicóptero hasta el lugar donde se encontraba el cuerpo sin vida, y los de sus compañeros Heberto Lalane José y Alfredo Pérez Vargas, aunque las FFAA informaron que Caamaño había muerto en combate, testimonios posteriores afirmaron que Caamaño luego de ser capturado herido por tropas del Ejército Nacional que lo perseguían, fue fusilado, descuartizado y quemados sus restos. Mucho odio y demasiado temor inspiraron esa pérfida determinación gubernamental.
Informado el presidente Balaguer de su captura, le expresó al general Ramón Emilio Jiménez (hijo), entonces Secretario de Estado de las Fuerzas Armadas, que “en el país no había cárceles para un hombre como el coronel Caamaño”, dejando bien insinuado que procediera a su fusilamiento.
El general Ramiro Matos Gonzáles, anticomunista, quien dirigió la persecución y el cerco militar contra la escuadra guerrillera, en ningún momento advirtió a sus compañeros de armas que los cánones internacionales y los derechos humanos consagrados impedían asesinar al comandante apresado. Consintió el fusilamiento.
No podían faltar como figuras relevantes de esa brutal determinación “in sito”, el propio ministro Ramón Emilio Jiménez (Milo), el general Beauchamps Javier, el general Enríquez Pérez y Pérez, y el mayor Pou Castro; estos dos últimos vinculados, junto al general Salvador Lluberes Montás, a los crímenes más siniestros de esa época, siempre en estrecha relación con la CIA y la mafia cubana de Miami. Tampoco podían estar ausentes otros oficiales-sicarios, encargados de las vejaciones, el fusilamiento y la quema del cadáver, los agentes encubiertos de la CIA, encargados de verificar la muerte del Coronel de Abril.
Balaguer los interpretó “al pie de la letra”, mientras una delegación dominicana junto a otros enviados de Washington, se cercioraban de que todo lo perversamente decidido fuera debidamente consumado.
Estremece el parecido de ese crimen de lesa humanidad con lo acontecido en 1967 en la Higuera, en Bolivia, con el comandante Ernesto -Che- Guevara.
Varían los protagonistas locales, los jefes militares y de Estado, pero tienen en común el desenlace a tono con el patrón de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense para ese tipo de situaciones y frente a ese tipo de líderes.
Además de los dos combatientes caídos junto a él, acompañaron al comandante en su proyecto guerrillero:
Ramón Euclides Holguín Marte (Braulio),
Hamlet Hermann Pérez (Freddy)
Mario Nelson Galán Durán (Juan)
Claudio Caamaño Grullón (Sergio)
Juan Ramón Payero Ulloa (Ismael)
Toribio Peña Jáquez (Felipe)
Luego de una intensa persecución entre las montañas de la Cordillera Central, para finales de marzo las Fuerzas Armadas anunciaron la eliminación del foco guerrillero quedando como únicos sobrevivientes: Hamlet Hermann Pérez, Claudio Caamaño Grullón y Toribio Peña Jáquez, los cuales tiempo después salieron al exilio.
Con la muerte del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó a los 40 años de edad, desapareció una de las figuras más importantes de la historia dominicana del siglo XX.