Gesta de la Restauración
Hoy la República Dominicana conmemora el 156 aniversario de la gesta de la Restauración, que encabezó el patriota Gregorio Luperón.
La Guerra de la Restauración fue una guerra llevada a cabo en Santo Domingo desde 1863 hasta 1865 entre los dominicanos y España, que el conservadurismo dominicano había invitado de nuevo a tomar posesión del país 17 años después de la Guerra de Independencia contra la República Haitiana y 42 años después de que los habitantes de la parte oriental se declararan independientes de España.
De todos los registrados por la historia dominicana, La Restauración es el acontecimiento de mayor importancia en términos de dominicanidad y heroicidad. A éste, sólo otros dos pudieran igualársele; uno, ocurrido 16 años antes, otro, 102 después.
Estos tres momentos: la Guerra de Restauración, La Separación y la Revolución Constitucionalista y Guerra Patria de Abril, constituyen acontecimientos en los que los dominicanos han dado demostración incontrastable de poseer una profunda y verdadera vocación de independencia y autodeterminación; de ser un conjunto organizado de hombres y mujeres, dueños de una arraigada consciencia de nación: de saber valorar su natural e inalienable derecho al libre albedrío y a la paz; de conformar un pueblo que también alberga en su pecho todo el coraje y la valentía necesaria para luchar en defensa de su patria y de su libertad.
El 16 de agosto de 1863, un nuevo grupo bajo el liderazgo de Gregorio Luperón y Santiago Rodríguez hizo una audaz incursión en el cerro de Capotillo, provincia Dajabón e izaron el pabellón dominicano. Esta acción, conocida como el Grito de Capotillo, fue el comienzo de la guerra.
Una ciudad tras otra en el Cibao se unieron a la rebelión, y el 13 de septiembre, un ejército de 6,000 dominicanos se atrincheró en la Fortaleza San Luis, en Santiago.
Los rebeldes establecieron un nuevo gobierno al día siguiente, con José Antonio ¨Pepillo¨ Salcedo como residente, e inmediatamente calificó a Santana, que ahora era líder de las fuerzas españolas, como traidor.
Salcedo intentó pedir ayuda a los Estados Unidos, pero fue rechazada. El conflicto terminó con la victoria dominicana y la retirada de las fuerzas españolas del país.
Aunque muchas ciudades dominicanas y la agricultura en todo el país fueron destruidas (a excepción del tabaco) durante la guerra, la Guerra de Restauración trajo un nuevo nivel de orgullo nacional a la República Dominicana.
La victoria dominicana también le demostró a los cubanos y puertorriqueños que España podía ser derrotada. Por otro lado, en la política local, el liderazgo durante la guerra se concentró en las manos de pocos caudillos regionales, quienes podían ordenar la lealtad de las regiones. Este sistema de poder político se mantuvo hasta finales del siglo XX.
La política dominicana se mantuvo inestable durante los próximos años. Pimentel fue presidente durante sólo cinco meses antes de ser reemplazado por José María Cabral.
Como todo acontecimiento histórico, La Restauración es una pluralidad de hechos pertenecientes a un mismo proceso, enmarcados por la misma situación y entorno, y ocurridos en una misma etapa, del cual, además de quienes registra la Historia, muchos otros fueron sus actuantes.
Recordamos esta efeméride como parte importante de la historia de nuestro país, una gesta que contribuyó altamente a la libertad de la República Dominicana y donde existieron héroes que lucharon por defender nuestros ideales.